Una de las características más llamativas del Silbo Gomero es la colocación de los dedos, las manos y la expresión de cada silbador según la zona de la isla a la que pertenece, al entorno familiar en el que aprendió o a las preferencias personales del propio silbador.

Son varios los factores que entran en juego para emitir el sonido del silbo, dedos, lengua, dientes, labios, boca, laringe, aire, etc. Cada silbador se ha servido de combinar estos factores para buscar el silbo más claro y con más potencia, para así lograr vencer las distancias que imponen los barrancos y laderas de la isla de La Gomera.

Según las referencias históricas de los diferentes viajeros o investigadores que visitaron la isla de La Gomera, encontramos diferentes modos de emitir el silbo.

Verneau a finales del XIX describía la técnica en su obra “Cinco años de estancia en las Islas Canarias” así: «Para obtener esta variedad de sonidos, los isleños se meten en la boca un dedo de cada mano y modifican su posición de distintas maneras: tanto los separan como los juntan; a veces los mantienen derechos y a veces curvados. En este último caso, la convexidad puede dirigirse hacia dentro o hacia fuera, para arriba o para abajo. Si, a estas diferentes modificaciones de la posición de los dedos, añadimos las que sufren los labios, la lengua o la laringe, se comprende la multitud de sonidos que se pueden emitir silbando.»

Posteriormente en 1891 el antropólogo Francés Joseph Lajard presenció más variaciones «El silbo se hace sin colocar dedos en la boca, o con la ayu¬da de uno, dos, tres o cuatro dedos, según la costumbre del silbador»

Vemos que la variedad de posiciones era amplia lo que producía finalmente unos silbos más agudos, más graves, con mayor sonoridad y potencia o más limitados. Era clave por lo tanto tener una técnica refinada y que se adapte a las preferencias del silbador, para que este pudiera superar los obstáculos que la orografía de la isla imponía.

 

 

Podríamos realizar un resumen de las diferentes técnicas usadas:

  1. Dilatando los labios lateralmente y aproximándolos de modo que formen una hendidura transversal, por otro lado formando un surco profundo y estrecho en el dorso de la lengua, la cual se empuja contra los dientes superiores.
  2. Se obstruye parte de la abertura de los labios con un dedo estirado tocando con la punta de la lengua el extremo interno del dedo, dejando libre la otra parte para expulsar el aire.
  3. El más extendido entre los silbadores, colocando entre los labios un nudillo doblado obstruyendo uno de los laterales y apoyando el dorso de la lengua sobre la punta del nudillo, dejando el otro lateral abierto para expulsar el sonido.
  4. Se introducen en la boca, a una mayor o menor profundidad, uno o dos dedos de cada mano, de modo que se junten sus puntas sobre la lengua formando una V, de modo que el aire se expulsa por la abertura central de la boca.
  5. Se introduce el arco formado por la unión de la extremidad libre del pulgar con la de cualquiera de los restantes dedos de la misma mano, tocando con la lengua la punta de los dos dedos introducidos, para finalmente expulsar el aire por la hendidura central de la cavidad bucal.
  6. Se introducen dos dedos de una sola mano, el medio y el anular juntos o el índice y el meñique formando V, tocando con la lengua la punta de los dos dedos introducidos.

 

 

Siempre que no se usen dedos de las dos manos en la boca para emitir el sonido del silbo, podemos ayudarnos de la otra mano para usarla de bocina y así proyectar mejor el sonido.

¿Y tú, qué técnica sueles emplear a la hora de silbar?

 

 

*Las imágenes son del libro “El Silbo Gomero identidad de una isla” Moisés Plasencia Martín. 2008. Páginas 109-110.