¿QUE ES EL SILBO GOMERO?

El Silbo Gomero es un lenguaje articulado. No es un código, como el morse, es una versión silbada del castellano. Se trata de sustituir la voz hablada por la voz silbada, tomando como base una lengua, en este caso, el castellano. En este transito el silbador no puede reproducir todas las vocales y consonantes de la lengua hablada, por lo que el número se reduce, según D. Ramón Trujillo en su estudio fonológico, son dos las vocales y cuatro las consonantes. Al no tener palabras propias, con este procedimiento podríamos silbar con mayor o menor dificultad cualquier idioma.

El Silbo tiene una entonación y un ritmo diferente al de la voz humana, que el silbador experimentado percibe como lenguaje, tal como demuestran los estudios de D. Manuel Carreiras, profesor-investigador de la Universidad de La Laguna (Tenerife) sobre la actividad cerebral y el Silbo.

Hay constancia de que El Silbo ya estaba arraigado en la población aborigen de la Isla cuando llegaron los primeros visitantes. Con un origen probablemente norteafricano, ha tenido un uso continuado hasta nuestros días, siendo, hasta la primera mitad del Siglo XX el único modo de comunicación a larga distancia con el que contaron los pobladores gomeros.

A partir de la segunda mitad del siglo pasado, comienza a caer en desuso, debido a la aparición del teléfono y la mejora de las comunicaciones por carretera. Además, debido al auge del turismo en Canarias, comienza un nuevo estilo de vida que apuesta por la “modernidad” y desprecia el pasado vinculado a la agricultura, a la ganadería y a todo lo que se relacione con él. Desde ese momento, la práctica del Silbo Gomero queda reducida a los agricultores, ganaderos y también a algunos jóvenes que se resistían a dejar de silbar.

Con la llegada de la democracia y la posterior creación de las Comunidades Autónomas, llega la inquietud por conocer y difundir los valores culturales y patrimoniales de las islas y es entonces cuando a propuesta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) se comienza a impartir clases de Silbo en las escuelas, como actividad extraescolar, por las tardes y de manera voluntaria, permitiendo así a las nuevas generaciones conocer y poner en práctica este bien cultural. Los silbadores encargados de hacerlo son D. Isidro Ortiz Mendoza y D. Lino Rodríguez Martín, quienes con su labor sentaron las bases para que el Silbo Gomero tenga la importancia y el reconocimiento que tiene hoy en día.

Viendo que la propuesta de la AMPA tiene buena acogida, algunos parlamentarios de la Isla de La Gomera, proponen introducir el Silbo Gomero en las escuelas como asignatura con una Proposición No de Ley, que es aprobada por unanimidad el 26 de julio de 1997. En ella, se insta al Gobierno de la Comunidad Autónoma a llevar a cabo esta propuesta y tiene como respuesta la Orden del Gobierno Canarias del 5 de julio de 1999, que incluye El Silbo Gomero dentro de las enseñanzas obligatorias en la isla de La Gomera y marca las directrices de como ha de hacerse. Desde entonces se imparte el Silbo Gomero dentro de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura, desde Primero de Primaria hasta Segundo de la ESO, una vez a la semana y entre 15 y 30 minutos. En el curso escolar 2017/2018 se ampliará hasta cuarto de la ESO.

Desde un principio y hasta hoy el proceso de recuperación, puesta en valor y difusión del patrimonio vivo más antiguo de las islas no ha tenido detractores, al contrario el pueblo, los políticos y las instituciones se han sumado de manera unánime a este proyecto.

Como consecuencia de esta labor de enseñanza, recuperación, practica continuada, puesta en valor, apoyo unánime y sentimiento de pertenencia, el Silbo Gomero fue incluido en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial en la 4ª reunión del Comité Intergubernamental de la Convención (4COM), celebrada en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), el 30 de septiembre de 2009. Este reconocimiento ha supuesto una revalorización del Silbo Gomero dentro y fuera de la isla, dejando de ser una herramienta comunicativa de los pastores y agricultores de La Gomera para ser reconocido como un patrimonio cultural inmaterial a nivel mundial.

 

Francisco Javier Correa Magdalena